Las vivencias sensoriales de la infancia, son más que importantes, son sustanciales y esenciales para gestar un buen desarrollo en los diferentes períodos de crecimiento de un niño.
El sentido del oído también recibe su parte de beneficio; si el niño agudiza y afina más el oído, favorece a la coordinación motriz y a su sensibilidad, por lo que lo ayudará a ser mas selectivo para saber elegir lo que le gusta o lo que no le gusta.
Tanto el sentido de la audición como el de la vista, nos ayudan a orientarnos, a reaccionar ante algún imprevisto o a conciliar un buen descanso.
Desde la panza, los bebés son sensibles a toda clase de estímulos, especialmente al sonoro; esta comprobado que registran voces, melodías, movimientos, presiones, y vibraciones. Cuando el bebe nace y crece “la música estimula y mejora su fisiología, su inteligencia y su comportamiento. Una melodía improvisada, susurrada, serena más que mil palabras.
“La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón“
Flautista española.
Una persona no vive aislada, el hombre es un ser social y necesita de las relaciones con otros para poder subsistir, por lo que nuestro entorno también nos marca, nos imprime y nos forma como personas.
Sabemos que hay un mundo social y natural construido por innumerables entornos sonoros, algunos no tan sanos, no tan armónicos a los cuales llamamos “ruidos” (ondas irregulares) y otros más agradables a los cuales llamamos “sonidos” (ondas regulares).
Todo sonido que danza o pulula por el aire, cada “mundo sonoro” en forma de ondas llega a nuestros oídos. ¿Alguna vez nos pusimos a pensar cuantas veces nos hemos aturdido o nos hemos deleitamos con este fenómeno? La polifonía mágica de la tormenta nos puede hacer estremecer de placer como así también el estruendoso ruido del entorno de una ciudad atiborrada de autos en funcionamiento.
Como algo significativo, es importante marcar que los espacios socio-culturales también nos ofrecen otra alternativa, la posibilidad de degustar de obras artísticas de todo tipo. Las “obras musicales” tienen diferentes estilos, formas, ritmos y están impregnadas de las variables de distintas culturas a largo de la historia de la humanidad. Solo hay que saber elegir, con el fin de participar de diferentes formas.
Sentirse parte de la cultura, ser arte y parte de la misma, es algo a lo cual una persona no puede negarse, puesto que ya es partícipe por vivir en ese lugar y ese momento histórico; somos la cultura misma hecha realidad y a la vez somos los transmisores vivos de los hechos y eventos que se generen en ese ámbito.
El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla.
Robert Browning
Volviendo a nuestros niños sería interesante preguntarnos, tanto padres como educadores ¿Que les estamos ofreciendo, en esa escucha atenta? ¿Como podríamos mejorar nuestras condiciones sonoras ambientales para que sus “orejas” se nutran, se alimenten de buenos momentos sonoros? ¿Qué música elegir para que su corazón, tu corazón vibre en una frecuencia armónica sana?
“Cuando no me ve nadie, como ahora, gusto de imaginar a veces si no será la música la única respuesta posible para algunas preguntas. Antonio Buero Vallejo
Acá van algunas ideas para compartir en familia, con amigos o en la escuela:
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Hagamos silencio, el que más podamos dentro del lugar en donde estemos y así descubramos cual es el sonido que viene de muy lejos. ¿Desde donde viene? Adivinemos.
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Si estamos en un abierto, la plaza o el jardín de tu casa busquemos aquellos sonidos más imperceptibles, los mas débiles o suaves. ¿De donde viene? ¿Quien los producen?
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¿Y los más largos o cortos?...Seamos coleccionistas de ruidos y/o sonidos de todo tipo.
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Escuchemos una canción que nos guste mucho mientras bailamos. Luego escuchémosla sin hacer ningún moviendo con el cuerpo y con los ojos cerrados. Sintamos la vibración que quedó puesta en el cuerpo y las sensaciones y emociones que nos produce.
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Cantemos fuerte o cantemos en secreto, que casi ni se escuche, todos juntos o a la vez, uno por uno diferentes partes de una canción, sin perder el ritmo y la melodía.
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Hablemos en secreto, valoremos el silencio.
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Escuchemos música que nunca habíamos escuchado antes. Busquemos algo nuevo para escuchar solo o con los demás, compartiendo juntos.
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¡Y porque NO! Juguemos al teléfono descompuesto, al gallito ciego y las palmaditas cantadas. Rescatemos el folclore, lo tradicional para que nuestra cultura siga en pie.
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Curiosidades sonoras
Sabías que…
El sonido del “tono” del teléfono es la nota LA en la escala musical.
Los murciélagos tienen poca visión pero nunca chocan con nada porque usan sus oídos para orientarse.
La voz humana se considera como un instrumento.
Las serpientes nos tienen oídos, al igual que los pulpos y los calamares.
Y que las arañas cara de ogro pueden oír sin tener orejas.
Sabias que…
El eco es el sonido en formas de ondas que rebota en una pared o en cualquier elemento duro.
Gracias al aire las ondas pueden llegar a nuestros oídos y las orejas las atrapan.
Los ruidos nos contaminan y lastiman al tímpano que esta dentro del oído.
Silvia Cerva
Docente – Artista / 2025